Está clínicamente demostrado que el amor, las caricias, el afecto, que se transmiten a través del tacto tienen un importante efecto positivo en el desarrollo infantil. En concreto, algunos de los beneficios del masaje infantil son:
Ayuda a regular y a reforzar las funciones respiratoria, circulatoria y gastrointestinal, aliviando y sanando, a través de la estimulación, las incomodidades producidas por cólicos, gases y estreñimiento.
Intensifica la comunicación afectiva entre el bebé y su entorno por lo que estará mucho más calmado, abierto y confiado.
Ayuda al niño a relajarse y lo alivia del estrés que produce encontrarse diariamente con cosas nuevas.
Estimula el sistema inmunológico y propicia un mejor desarrollo del sistema nervioso.